"Maldito Wolf, con las gilipolleces al final no me compra la tabla", pensaba mientras hablaba con su hermano, Al, por Tuenti. Me giré al oÃr que unas pequeñas gotas empezaban a golpear la ventana de mi habitación. "Joder, qué bien, ahora se pone a llover", esta vez no lo pensé, lo dije casi gritando, mientras me acercaba a la ventana. Hoy era el dÃa en que por fin podÃa estrenar con mis amigos mi tabla nueva, ya que Wolf, según me habÃa dicho Al, habÃa salido a por ella. Le pegué una patada al baúl que habÃa delante de aquella ventana, haciéndome polvo los dedos del pie izquierdo. Dejé escapar un pequeño grito, y oà pasos por las escaleras; seguro que era mi madre.
http://estupidecesporamor.blogspot.com.es/
No hay comentarios:
Publicar un comentario