Puede ser una historia diferente, o quizás no, pero es un giro de 360º a todo lo vivido por cualquier persona, ¿Quién sabe? Igual vas por la calle y te cruzas con uno de ellos, chica común, historia normal, hasta que el pasado vuelve y te hace cuestionarte todo, ¿Podrá Alma con ello? ¿Podrá lograr controlar sus almas partidas?
Era tarde, quizás hoy más de la cuenta, estaba acostumbrada quedarse hasta las tantas estudiando o haciendo trabajos y se le pasaba el tiempo, lento pero preciso. Cansada apagó el portátil que tenía en la mesa de escritorio y echó un vistazo al sofá, ahí tenía a su compañero de piso, y además mejor amigo Álex, durmiendo. Tenía un año más que ella y estaba trabajando en una empresa de mecánica, la verdad es que Alma no sabría que haría sin él emocionalmente. Había muchas ocasiones en las que discutían o tenía que animarle por sus problemas familiares o amorosos, pero Álex era un apoyo incondicional en su vida. Tenía el pelo castaño revuelto por las vueltas que daba y su flequillo le tapaba un ojo, sus vivos ojos castaños estaban cerrados y uno de sus pulgares estaba siendo chupado por su boca, ¿Debería decírselo? La verdad es que era algo gracioso pero tierno, Alma sentía que a pesar de ser él algo mayor, era como su hermano pequeño, alguien a quien cuidar. Desde hace dos años él había sido su mayor confidente, la persona que lo sabía todo de ella, hasta sus sombras más oscuras que la devoraban en múltiples ocasiones.[...] Las horas en su carrera universitaria de Pedagogía pasaban rápidas, afortunada por escoger algo que le gustaba, y llegó su tan deseado momento de felicidad, el descanso. Alma cada día, en su habitual descanso, se dirigía a un Starbucks que había cerca de allí. Solía estar lleno y hoy todavía más, justo cuando estaba pidiendo su habitual bebida un Mocha Frapuccino le sonó la Blackberry, un mensaje del Whatsapp de su novio Sergio. [...]Quitó el sonido a su BB cuando ya estaba terminando su tan ansiada bebida y el reloj ya marcaba los últimos minutos de relax. Alma se dispuso a salir de la cafetería cuando chocó contra una persona unos años mayor que ella que iba a toda prisa, masculló mira por donde pasas entre dientes, dolorida por el golpe, cuando levantó la vista y le vio al que había sido el causante de algunos cuantos problemas suyos. Él abrió los ojos de golpe y abrió la boca preparado para decir algo, pero no le dio tiempo porque Alma ya se había levantado y ya estaba corriendo por la calle a toda velocidad. ¿La habría reconocido? Había pasado mucho tiempo desde la última vez, esa vez que había sido un gran error, pero no había tiempo para tener remordimientos, al menos no graves, puesto que había sido antes de conocer a Sergio.
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